La Argentina de Martino, no pudo saldar su deuda con el juego
Igualó sin goles ante Paraguay en calidad de visitante, en un arranque de Eliminatorias más complicado de lo previsto, en el que sólo sumó una unidad y no pudo marcar tantos.
En otra pálida imagen colectiva e individual, Argentina al menos rescató una unidad del Defensores del Chaco frente al local Paraguay al igualar sin goles en partido correspondiente a la segunda fecha de las Eliminatorias Sudamericanas.
Carente de un organizador de juego --se notó aún más en el complemento--, Argentina apeló al temperamento para sumar una unidad de un reducto complicado.
Al menos, Argentina, con otro dibujo táctico, mostró una imagen mejorada a la del jueves.
Martino apostó al 4-2-3-1 y el equipo fue más ordenado en la contención, aunque en varias ocasiones el arco de Silva le quedó muy lejos.
A ello se sumó que Javier Pastore quedó desconectado de las líneas y Di María y Lavezzi sólo ocasionaron zozobras cuando el espacio les jugaba a favor.
Quien notó esa carencia fue Carlos Tevez, quien se retrasó unos metros, se puso de frente al área rival y le dio claridad y profundidad a los ataques.
Lo de Paraguay se fue desdibujando con el correr de los minutos. Arrancó con pretensiones, pero terminó cayendo en la telaraña que le plantearon Mascherano y Kranevitter.
En la réplica, la sociedad entre Tevez y Lavezzi por la izquierda generaron las situaciones de más riesgo, pero "Pocho" no estuvo certero en la estocada final y por ello el 0-0 se mantuvo inalterable en el primer tiempo.
Para el complemento, Paraguay, ya sin Ortigoza (salió lesionado antes del final de la fracción inicial), mostró más ambiciones.
Y Argentina fue sintiendo el desgaste. Le costó ir en busca del arco defendido por Silva y aún mucho más el retroceso.
Con poco, el elenco de Ramón Díaz dio la sensación de estar más cerca de la victoria, ante un combinado albiceleste que apeló al temperamento para emparejar las acciones.
El ingreso de Lamela, por un intrascendente Pastore, no hizo variar el panorama. Porque Di María siguió apelando al vértigo para desnivelar, al igual que Lavezzi del sector opuesto.
Encima Tevez recibió un codazo y, a los pocos minutos fue reemplazado por Paulo Dybala, quien a los 41 dispuso de la situación más clara para el visitante, aunque su remate cruzado se fue alto.
Paraguay también tuvo una maniobra favorable en los pies de Oscar Romero, aunque Funes Mori pudo amortiguar el remate que pedía destino de red.
El reparto de unidades terminó siendo lo más justo para un partido en el que se batalló más de lo que se jugó.
Es indudable que Argentina está en deuda con el funcionamiento colectivo, que queda aún más en evidencia por la ausencia de Lionel Messi.
Por ello, de cara a los choques ante Brasil y Colombia (en noviembre), el conjunto de Martino deberá trabajar muy duro para recuperar la peligrosidad que la caracterizaba.
Fuente La Nueva.com
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