Dólar alto, una forma de darle un respiro (momentáneo) a la región

Destacadas 01/07/2018
Dólar alto, una forma de darle un respiro (momentáneo) a la región
Dólar alto, una forma de darle un respiro (momentáneo) a la región
Especialistas consultados coinciden ante la presencia de una coyuntura con ambiente favorable, pero advierten: “No puede obviarse que será temporal”. ¿Los beneficios? Aseguran que recién se apreciarán a fin de año. “El diferencial del tipo de cambio al momento de realizar la inversión productiva, y el vigente cuando se efectiviza la comercialización, refuerza el número en pesos de la actividad agrícola. En otras palabras: oxigena”. Lo aseguró el consultor agropecuarios Iván Ullmann, acerca de la volatilidad del tipo de cambio en el país, que conlleva una depreciación —hasta este viernes, cuando el dólar del Banco Nación cerró a $ 29,40— de poco más del 50 %. Del mismo modo, el economista advirtió: “No se puede negar este impulso por el tipo de cambio, pero hay que ser consciente de que será temporal”. Poder producir con un dólar alto era uno de los reclamos más escuchados desde diferentes ámbitos de la economía regional, habida cuenta del incremento de los insumos como consecuencia de una inflación que, al parecer, no encuentra techo. “El movimiento del tipo de cambio contribuye al desempeño comercial agrícola y, además, amortigua el impacto derivado del adverso clima que afectó a la actividad", dijo Ullmann. Para Ezequiel G. de Freijo, economista jefe de la Sociedad Rural Argentina, primero hay que tener en cuenta que el impacto de los cambios de los precios relativos (en este caso el valor del dólar), en cada actividad económica depende de los traccionadores de sus precios y de los componentes de los costos de producción. “En la medida que los precios estén vinculados al dólar, un ejemplo es para los granos, una devaluación tiene respuesta directa sobre los precios”, agregó. “Pero en el caso de la agricultura una buena parte de los componentes de sus costos, como los fertilizantes, los agroquímicos y los combustibles, están afectados por el tipo de cambio. El resultado depende de cada una de esas ecuaciones”, indicó. De Freijo citó a la lechería, donde el precio al productor está muy vinculado al negocio interno, y se refirió al aumento de los costos porque el principal componente de la actividad, la alimentación, está relacionada con el dólar. “Lo mismo ocurre con las economías regionales”, dijo. “Una que tiene mucha influencia de la mano de obra, como la cebolla, donde el precio está vinculado en parte al mercado interno y más allá de lo sucedido en los últimos años con un deterioro de la exportación a Brasil, este nuevo tipo de cambio puede generarle alguna oportunidad para que traccionar precios al productor”, expresó. “Al mismo tiempo, hay que ver cómo se adecuan los precios internos de los distintos insumos que se llevan adelante; es decir, si están vinculados con el dólar, con la inflación o con los ajustes salariales”, comentó. “¿Que el dólar a casi 30 pesos es superior al aumento de los insumos? Esta devaluación no ha sido acompañada, aún, por un similar pass trough a los diferentes precios de la economía. Hay que ver qué ocurre hacia adelante. En otros momentos, tras un aumento del tipo de cambio se volvía luego a su punto inicial, porque subía en el mismo nivel el resto de los precios”, explicó. “Entiendo que, ahora, estamos ante la oportunidad de que los cambios de los precios relativos y del dólar, si se llevan adelante las reformas estructurales de mayor competencia y de mayor productividad permitan, justamente, disponer de una economía competitiva y que no necesite estas idas y venidas que, en el fondo, generan incertidumbre y cambios e impiden que haya un crecimiento consolidado y constante”, sostuvo. “A eso es a lo que hay que apuntar; es decir, a la posibilidad de tener un esquema competitivo para insertarse en el mundo, y que puede absorber una mayor producción local que permita un genuino crecimiento”, comentó De Freijo. “A grandes rasgos, la situación se presenta mejor que hace unos meses, en que directamente no se podía producir”, dijo Javier Pérez Balade, productor en Coronel Dorrego y titular del distrito 3 de la SRA. “Durante estos años, cuando se encaraba la campaña se sabía que el número era tan finito que no te permitía ver la luz. Si bien ahora aún se está acomodando, vemos que se siguen sumando hectáreas a la fina”, agregó. Pérez Balade admitió que esta coyuntura generará una reactivación en la zona. “El campo moviliza al resto de la economía. Eso ya se ha comprobado y este parece ser el caso. Pero los buenos resultados en el comercio y en el resto de las actividades, en caso de producirse, recién se verán a fin de año”, aclaró. La conversión de las actividades * Proteínas: Las actividades de conversión de cereal y oleaginosas en proteínas (en forma de carne, leche o huevo), fueron las más afectadas por la devaluación. El dato surgió de un trabajo de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). * Dinámica: En el informe se asegura que el sector agropecuario es altamente dinámico y que, frente a reglas de juego claras, es el que mayor aceleración puede imprimirle a los cambios. * Volatilidad: "Si bien un tipo de cambio competitivo mejora la performance de las actividades agrícolas y regionales, principalmente, un tipo de cambio volátil implica incertidumbre y bajo ella la toma de decisiones se posterga", se agregó. * Heterogeneidad: También se comentó que la heterogeneidad de las producciones argentinas hace que, frente a un nuevo piso en el tipo de cambio, el semáforo encienda sus luces verde, amarilla y roja a la par, dependiendo de  qué actividad estemos analizando. * Tipo de cambio: Están con luz roja todas aquellas actividades pecuarias que, sin tener su resultado atado al tipo de cambio, a su vez sí tienen insumos que lo están. CRA incluyó a las que convierten cereal y oleaginosas en proteínas, ya sea en forma de carne (ganadería, porcinos, pollos  parrilleros); leche (tambo) o huevo (gallinas ponedoras). * Paridad cambiaria: "Estas producciones no sólo se vieron afectadas, como el resto, con la suba de tarifas (eléctrica), impuestos (inmobiliario) y combustibles (gasoil), sino que también su costo de alimentación se incrementó en forma directa debido a que sus insumos productivos para la confección de alimentos balanceados están directamente relacionados con la paridad cambiaria del dólar",  se indicó desde CRA. Fuente La Nueva