En procura de un espacio para que la región aproveche el potencial consumidor de Bahía Blanca

Economía 18/03/2018
Un lugar donde los distintos productores de la región puedan comercializar —al por menor y al por mayor— su producción, bajo determinados estándares de calidad y sin la necesidad de intermediarios, con la finalidad de aprovechar al máximo el potencial de Bahía Blanca como gran centro de consumo del sur bonaerense. Así será la feria productiva que vienen delineando en forma conjunta la Municipalidad de Bahía Blanca, el INTA Hilario Ascasubi y representantes políticos de nuestra zona. Aún no se ha definido cuándo comenzará a funcionar, pero la idea es que lo haga antes de mitad de año. El punto de encuentro será la ciudad, aunque todavía no está definido el sitio específico. Si bien hasta ahora el proyecto se había mantenido casi en secreto, la semana próxima comenzarán las reuniones con secretarios de Producción y representantes de las distintas comunas del sudoeste bonaerense para terminar de darle forma. En pocas palabras, la idea principal es que en esta ciudad funcione una boca directa de expendio para los productores regionales de frutas, verduras, aceitunas, aceite de oliva, vinos y demás. Las carnes, pescados y productos elaborados que requieran cadena de frío quedarían —en principio— para una segunda etapa. A eso se suma la búsqueda de maximizar la ganancia del productor y, de paso, una caída de precio de venta al consumidor por medio de la eliminación de los intermediarios. Serán los propios productores los encargados de traer los alimentos a la ciudad y los controles se repartirán entre el INTA —en origen— y el área de Bromatología bahiense. Para ello se trabajará en la trazabilidad del producto, buscando que llegue en condiciones óptimas de calidad al punto de venta. “Será una feria al aire libre, donde la gente tenga un fácil acceso y que tampoco genere gastos caros al productor —sostuvo a La Nueva. uno de los creadores del proyecto—. Por ahora vamos tratar de evitar que haya una cámara de frío, y si la hay se utilizará para conservar verduras de hoja”. Por eso, en un principio se buscará con frutas y verduras que no requieran ese tipo de cuidado. A 3 cuadras del Obelisco La trazabilidad y la presencia de alimentos de producción regional en Bahía Blanca es otro de los objetivos: “Vamos a la góndola de un supermercado y no podemos comprar productos locales; a veces pareciera que viviéramos a tres cuadras del Obelisco y eso no tiene mucho sentido”. Para los creadores del proyecto, esta feria no significa que el Estado se encuentre avanzando en una política de regulación, sino que se trata de canalizar la necesidad de los productores regionales para vender en Bahía Blanca. “Nos vamos a adaptar a las necesidades y contemplar las cuestiones locales para darles esa posibilidad —se explicó—. Será la realidad la que se imponga y no lo que nosotros querramos que ocurra. Nos comprometemos a facilitar que los productos regionales puedan venderse en Bahía Blanca”. En este caso, el Estado hará las veces de regulador de precios, aunque se descarta de plano que algún productor venda a precio de dumping. A partir del funcionamiento de la feria, también se espera que muchos de los alimentos que se ofrezcan en ella pasen a verse en las góndolas de los supermercados bahienses. “Hay muchos productos que no han tenido una política receptiva en nuestra ciudad, y hay que ayudarlos a que se puedan comercializar acá”, se explicó. En la segunda etapa del proyecto, la intención es que los alimentos de la región ya estén identificados e, incluso, cuenten con un logo o sello propio que determine su trazabilidad, sobre todo porque muchas de ellas contienen menos aditivos que otras que se hacen en forma industrial. Después llegaría una integración con el sector turístico y la oferta —por ejemplo— de platos típicos de la zona, hechos con productos de la región. “¿Por qué no podemos ofrecer una Omelette Pigüé o un Strudel Coronel Suárez?”, se preguntan. Paralelamente se buscará avanzar en un proceso de sumar valor agregado a los productos primarios, para así generar una industria que combine la producción del alimento regional con el puerto de Bahía Blanca. “Podemos ser exportadores de valor agregado y no solo de materia prima”, se explicó. Abierta para todos, pero con condiciones El ingeniero agrónomo Julián Pérez Pizarro, de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Hilario Ascasubi, remarcó que la feria será abierta a cualquier productor primario, pero bajo determinadas condiciones. “Si la feria se hace como mínimo una vez por semana —para darle cierta continuidad—, y el productor está toda la semana sacando su producción, tendrá que tener tiempo, vehículo y predisposición de traer la mercadería hasta Bahía Blanca; y, sobre todo, ganas de trabajar buena calidad”, explicó. En un primer momento se planteará un grupo inicial y después se verá quién quiere sumarse. Luego se definirá el número de puesto y qué alimentos se ofrecerán, aunque la idea es que sean aceitunas, aceite de oliva, vinos, aromáticas, frutas y hortalizas pesadas, principalmente. “Para estar en la feria no necesariamente habrá que trabajar con el INTA, que solo articula con otras instituciones para dar al productor una alternativa de venta directa. Estamos todos en el mismo barco: la municipalidad, el INTA y los productores”, explicó Pérez Pizarro. Fuente La Nueva