Estudiarán el estado del dique "Paso de las Piedras"

Destacadas 08/05/2022
En 2016 una consultora holandesa marcó la “urgente necesidad” de atender algunas fallas estructurales. La consultora Proinsa, con casa central en la ciudad de Santa Fe, resultó adjudicataria de los trabajos para determinar el estado de la presa del complejo Paso de las Piedras y elaborar la documentación técnica necesaria para licitar eventuales reparaciones y adecuaciones. Una reunión entre funcionarios de la Dirección Nacional de Preinversión, la Subsecretaría de Recursos Hídricos y la consultora mencionada fue el punto de arranque del contrato. Ya en 2016 una consultora holandesa, contratada por la provincia, marcó la “urgente necesidad” de atender algunas fallas estructurales de la presa e instrumentar medidas para que no pierda su eficiencia. La tarea ahora contratada tiene un presupuesto de 30,5 millones de pesos y permitirá disponer de un proyecto ejecutivo para la puesta en valor del lugar y asegurar su operación con las adecuadas condiciones de seguridad. El subsecretario de Recursos Hídricos, Guillermo Jelinski, indicó que se trata de “un paso muy importante para poder licitar los trabajos necesarios, a partir del financiamiento del BID”. Los riesgos La presa Paso de las Piedras fue construida entre 1969 y 1975, con el objetivo de garantizar la provisión de agua potable y para consumo industrial a Bahía Blanca y Coronel Rosales. El complejo ha presentado deficiencias constructivas desde el momento mismo de su inauguración. En 1972, cuando el presidente Alejandro A. Lanusse puso en marcha parcialmente el servicio, se informó de fisuras y filtraciones en la presa, a pesar de lo cual entró en completa operatividad en 1978. La presa de tierra, revestida en hormigón, de 1706 metros de largo y 31 metros de altura, presentó fallas en su estructura por estar asentada sobre un suelo de alta permeabilidad y no tener los cimientos adecuados para esas condiciones. Por esa situación es que durante décadas se evitó llegar a la cota máxima de llenado del embalse y se asumió el riesgo de un colapso. Recién en 1996 se licitó su reparación mediante un sistema de sellado llamado Jet Groutting, que permitió disminuir las filtraciones. Desde entonces no hubo nuevos controles ni tareas de mantenimiento. En 2016 el gobierno provincial solicitó asistencia técnica al gobierno de Holanda para tener una evaluación de las condiciones de la presa. Así fue que llegó a nuestra ciudad un equipo de la firma Reducción del Riesgo (DRR), que se dedicó durante dos meses a recopilar información y reunirse con autoridades, técnicos, ingenieros e investigadores. Luego de visitar el complejo la firma realizó un diagnóstico indicando situaciones que deberían ser atendidas de manera urgente para que el dique siguiera operativo. “Se recomienda realizar a la mayor brevedad posible un estudio detallado para evaluar en profundidad las condiciones de la presa, como así también un análisis de la disponibilidad de recursos y la demanda de agua, actual y futura”, señaló el informe. Sugería realizar esa evaluación “en un plazo de tres a seis meses”, máxime considerando que un estudio anterior ya sugería atender varios aspectos estructurales. Si bien se mencionó que la presa “no presentaba una amenaza inmediata a la estabilidad del dique”, se dejó en claro que “el riesgo de falla podría aumentar con el tiempo”. DRR recomendó la instalación de una red de medición de registros hidrológicos, un balance hídrico actual y futuro (disponibilidad de agua, implicancias del cambio climático) y un análisis detallado del problema con las algas. “Una ruptura del dique tendría consecuencias catastróficas”, concluyó aquel informe. La Nueva