Afirman que Rusia descubrió una gigantesca reserva de petróleo en una zona de la Antártida reclamada por la Argentina
El descubrimiento de más de 500.000 millones de barriles habría tenido lugar en una zona que también disputan el Reino Unido y Chile, según un informe del Parlamento británico; el Tratado Antártico prohíbe la explotación
LONDRES.- Rusia descubrió gigantescas reservas de petróleo en territorio reclamado por la Argentina, Reino Unido y Chile en la Antártida, un hallazgo que ha desatado una ola de inquietud a nivel global. Los informes presentados en una comisión de la Cámara de los Comunes del Reino Unido revelaron el hallazgo, realizado por buques de investigación rusos en el mar de Weddell, lo cual despertó temores de que Moscú esté realizando exploraciones petrolíferas y de gas, e inspeccionando el continente con fines militares.
Las reservas se estiman en unos 511.000 millones de barriles de petróleo, lo que equivale a aproximadamente diez veces la producción del Mar del Norte en los últimos 50 años, al doble de las reservas de Arabia Saudita o 30 Vaca Muerta juntas. El descubrimiento no solo ha despertado el interés por el potencial económico -en una zona donde la explotación está prohibida-, sino también por las implicaciones políticas y medioambientales.
La Antártida, actualmente protegida por el Tratado Antártico de 1959, ha sido designada como un continente dedicado a la paz y la ciencia, por lo que está prohibido cualquier tipo de explotación petrolífera en la zona.
Sin embargo, con este nuevo descubrimiento, surgen preocupaciones sobre la posible violación de este tratado por parte de Rusia ya que los expertos afirman que Moscú podría estar realizando exploraciones petrolíferas y gasísticas en partes de la Antártida y estudiando el continente con fines militares.
Además, surgió la preocupación de que Rusia busque aprovechar este descubrimiento para su propio beneficio económico, desafiando así los principios fundamentales del tratado, que prohíbe la explotación de recursos en la zona.
En una reunión celebrada la semana pasada, el profesor Klaus Dodds, catedrático de geopolítica del Royal Holloway College del Reino Unido, declaró ante la Comisión de Auditoría Medioambiental de los Comunes que las acciones de Rusia en la región podrían “suponer una amenaza potencial para la prohibición permanente de la minería”.
“Preocupa que Rusia esté recopilando datos sísmicos que puedan interpretarse como prospección y no como investigación científica”, dijo, y añadió: “Las actividades de Rusia deben entenderse como una decisión de socavar las normas asociadas a la investigación sísmica y, en última instancia, como un precursor de la próxima extracción de recursos”.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha exacerbado estas preocupaciones, generando temores de que una relación deteriorada de Occidente con Moscú aumente la competencia estratégica en la región antártica. Este clima tenso ya se ha visto reflejado en bloqueos por parte de Rusia y China de intentos de otras naciones del Tratado Antártico para ampliar las áreas marinas protegidas en la Antártida en 2022.
A pesar de las afirmaciones del ministro adjunto del Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Rutley, de que las actividades de Rusia en la región están en línea con el Tratado Antártico y que solo tienen fines científicos, con esta noticia aumentan las dudas de algunos especialistas sobre las verdaderas intenciones del gobierno de Vladimir Putin en el llamado continente blanco.