Yarará – Cuidados y sugerencias para tener presentes

Agresiva y precisa, poseedora de un veneno enérgico y eficaz, la yarará es la víbora más temida por los habitantes de nuestro país y no es ajena a nuestra provincia particularmente.

La yarará sale a cazar cuando cae la tarde, que es la hora en la que abundan sus presas favoritas, los roedores -lauchas de campo, ratas conejo, ratas coloradas y cuises pampeanos-, a los que puede rastrear mediante su “olfato” y cuyo paso nocturno acecha. Es por ese motivo que los lugares en los cuales hay establos de madera, sótanos o chiqueros se han convertido en su lugar predilecto por la cantidad de roedores que pueden encontrar a su paso, convirtiéndolas en enemigas número uno de los chacareros.

Si bien son escasos año a año las mordeduras en nuestra provincia, es bueno prevenirlo y que se sepa que no se evita nada matándolas, si no alejarlas del lugar ya que si sabemos controlarlas no representan un peligro.

Para evitar las mordeduras de víboras:

• Conocer los tipos de serpientes de los alrededores.
• Aprender a distinguir la yarara de las culebras.
• Tener precaución al atravesar pajonales, montes, sendas poco transitadas, campos de cultivos, etc.
• Usar botas de caña alta y revisarlas antes de colocárselas.
• Llevar perros de compaña y/o un palo terminado en horqueta cuando se sale al campo.
• Revisar periódicamente los alrededores de la vivienda, la leñera, los gallineros, etc. y desmalezar los alrededores para evitar población de ratones y lauchas, alimentos preferidos de las víboras.
• No introducir las manos en huecos de árboles, nidos, leñeras, etc., cuando sea necesario, introducir primero un palo o una rama.
• Evitar tocar con las manos las serpientes aunque parezcan muertas; no tocar la boca.

Para hacer la identificación del ofidio mordedor en el hospital o institución especializada

a. Capturar la serpiente.
b. Si está viva, colocarla en un recipiente de metal con tape a rosca o sujeta con alambre, nunca en bolsas ni frascos.
c. Si está muerta, basta con llevar la cabeza y el cuello.
Actitud frente a la mordedura con el paciente.

Que hay que hacer:
a. Mantenerlo en reposo, tranquilizarlo y administrarle abundante líquido (agua o té).
b. Apretar el contorno de la herida suavemente con los dedos para provocar la salida de la sangre, sin causar más daño en la zona herida.
c. Lavar la herida con abundante agua.
d. Transportar inmediatamente al paciente al hospital o centro antiofídico más próximo.

Que no se debe hacer:
a. No dar al herido bebidas alcohólicas ni remedios caseros.
b. No aplicar ligaduras ni torniquetes en el brazo o la pierna mordidos.
c. No quemar la herida.
d. No cortar la herida.
e. No aplicar desinfectantes.
f. No “chupar” la herida.
g. No aplicar suero antiofídico en la herida ni en su alrededor.

El suero antiofídico:
Cada suero cura los efectos de la mordedura de la clase de serpiente de la cual se ha extraído el veneno. Por ejemplo, para preparar el suero contra la cascabel se usa veneno de cascabel.

Como a veces no es posible identificar a la serpiente que ha mordido, se preparan sueros que pueden ser eficaces contra varias especies de una determinada región.

El suero “Misiones” es tetravalente, es decir, sirve contra la mordedura de 4 especies distintas de yararás que viven en esa provincia y algunas vecinas.

El veneno de la yarará, yarará ñata y víbora de la cruz (nombres comunes con los que se conocen distintas especies del género bothrops) producen síntomas y signos semejantes, variando de intensidad de acuerdo principalmente a la cantidad de veneno inoculado.

Siempre hay dolor en lugar de la picada, que aumenta progresivamente. La mordedura deja la marca de los dos orificios que corresponden a los colmillos o grandes dientes inoculadores, separados entre si por una distancia de un centímetro o más (en el caso de mordedura de ejemplares muy grandes puede ser hasta 3 o 4 centímetros).

La región afectada comienza e hincharse gradualmente y pueden aparecer manchas rosadas o violáceas y ampollas que contengan sangre en el interior. Estas lesiones pueden luego infectarse y aparecer fiebre.

Cuando se han inoculado grandes cantidades de veneno pueden ocurrir hemorragias por la nariz, encías, bordes de las uñas, cuero cabelludo y también por la orina que se vuelve roja y turbia. La presencia de sangre incoagulable indica siempre gravedad.

En casos más graves puede ocurrir que desciende la presión sanguínea y la circulación, quedando el individuo muy pálido, con la piel fría y sudorosa y con riesgo para su vida.

En los casos mortales la muerte casi nunca sobreviene antes de 6 a 12 horas, si no se realiza tratamiento específico.

Fuente https://www.facebook.com/SierraDeLaVentanaBuenosAiresArgentina

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