Estados Unidos cambió el criterio para hacerse exámenes de detección de cáncer de mama: ¿cómo es en la Argentina?

Un grupo de expertos recomendó comenzar las mamografías periódicas a los 40 años, revirtiendo así la antigua y controvertida recomendación de que la mayoría de las mujeres esperen hasta los 50 años

Salud 03/05/2024
Estados Unidos cambió el criterio para hacerse exámenes de detección de cáncer de mama: ¿cómo es en la Argentina?
Estados Unidos cambió el criterio para hacerse exámenes de detección de cáncer de mama: ¿cómo es en la Argentina?

El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU., que es la principal fuente de ese país en cuanto a recomendaciones para la detección de una enfermedad se trata, sugirió que las mujeres comiencen a practicarse mamografías a los 40 años para lograr un eventual descubrimiento temprano del cáncer de mama. Los especialistas y sociedades médicas y científicas consultados por este medio, señalan que esa es la indicación con mayor respaldo a nivel mundial.

En la Argentina aún la indicación del Ministerio de Salud de. la Nación es hacerlo a partir de los 50 años, siempre que no se tenga antecedentes familiares. Sin embargo, todas las sociedades científicas locales están alineadas y sostienen que los estudios para mujeres sin antecedentes familiares tienen que comenzar a los 40 años y deben realizarse de manera anual.

Incluso, las mujeres con antecedentes familiares cercanos deben practicarse los controles cinco años antes que la edad de aparición del cáncer en el familiar en cuestión. Es decir, si a una madre le diagnosticaron cáncer a los 40, la hija debería realizarse chequeos desde los 35.

El cáncer de mama es el de mayor incidencia en la Argentina y en el mundo

En la Argentina, según el Observatorio Global del Cáncer, la distribución de los casos muestra que en 2020 el cáncer de mama representó el 16,8% de todos los casos nuevos (22.024), y es el primero en mujeres. En segundo lugar se ubica el cáncer colorrectal.

En tanto, el cáncer de pulmón registró el mayor número de muertes, con 8.663 casos en 2021 y el de mama se ubicó en el tercer lugar, con 5.888 decesos.

La mamografía

Desde el Ministerio de Salud de la Nación explican que la mamografía es una radiografía de las mamas que permite, a través de imágenes, la detección del cáncer en su fase más temprana, cuando todavía es muy pequeño, no palpable, y no presenta síntomas ni signos de la enfermedad. Hasta ahora, es el único método reconocido para la detección precoz del cáncer de mama en población con riesgo promedio.

“El Instituto Nacional del Cáncer (INC) y desde el Programa de Control de Cáncer de mama recomiendan para la prevención del cáncer de mama a nivel poblacional que todas las mujeres entre los 50 y los 69 años, sin síntomas y sin antecedentes familiares ni personales de cáncer de mama se realicen una mamografía cada uno o dos años. Las mujeres menores de 50 y las mayores de 69 años deberán consultar con su médica o médico, para que las informe sobre la necesidad de que se realicen o no el estudio”, señala la información del Ministerio de Salud de la Nación.

Los especialistas resaltan que las mujeres con antecedentes familiares cercanos deben practicarse los controles cinco años antes de la aparición del cáncer en el familiar que atravesó la enfermedad

Por su parte, Francisco Terrier, presidente de la Sociedad Argentina de Mastología, resalta la actualización realizada por el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos. “Es un grupo importante, y dicen que a partir de los 40 años, y cada 2 años, las mujeres deben realizarse un control. En Estados Unidos han tenido muchas idas y vueltas respecto de esta cuestión. En la Argentina las recomendaciones son a partir de los 50 años. Nosotros en la Sociedad Argentina de Mastología, junto con otras sociedades científicas, mantenemos hace años que lo recomendable es a los 40 años, y a diferencia de lo recomendado en Estados Unidos, sugerimos que se realicen la mamografía una vez por año”, subraya el especialista.

En 2009, el mismo grupo había aumentado la edad en que deben iniciarse las mamografías rutinarias, de 40 a 50 años, lo que generó controversia en el mundo científico. Uno de los argumentos a favor de esa medida fue que un chequeo precoz podría ser más perjudicial que beneficioso si eso luego conduce a tratamientos innecesarios en mujeres más jóvenes.

“Cualquier intervención médica trae aparejados costos y beneficios. Los costos de la mamografía no solo son económicos, ya que existe la posibilidad de que la mamografía señale imágenes sospechosas que en realidad no son cáncer, que es lo que habitualmente se llaman resultados “falsos positivos”. Esos “falsos positivos” pueden generar que las/los profesionales médicos tengan que hacer biopsias para confirmar o no la presencia de un cáncer. El porcentaje acumulado de falsos positivos luego de 10 años de tamizaje mamográfico varía entre el 4 y 7%”, se lee en un informe del INC.

Sin embargo, Mario Bruno, exvicepresidente de la Sociedad Argentina de Cancerología y actual director de publicaciones de la entidad, opina que es preferible un estudio de más, y no un diagnóstico tardío.

“Si se diagnostica rápido tiene una curabilidad del 90%. Si se diagnostica cuando supera los dos centímetros las probabilidades de curarse bajan y deben sumarse más tratamientos, como rayos o quimioterapia”, argumenta el especialista.

Bruno indica que “sin la menor duda” la edad ideal para comenzar con las mamografías es a los 40 años.” Desde el punto de vista médico hay que empezar a esa edad, e incluso antes si uno tiene antecedentes directos, como una madre o una hermana que tuvo cáncer de mama. En esos casos, deben hacerse los controles cinco años antes de la aparición del cáncer en el familiar en cuestión. Es decir, si la mamá lo tuvo a los 40 años, la hija debe practicarse la primera mamografía a los 35?, asegura Bruno.

El “autoexamen”

Una técnica muy difundida para la detección temprana del cáncer de mama es el llamado “autoexamen”, que consiste en que una mujer se revise las mamas buscando anomalías (bultos sensibles al tacto, cambios físicos). A primera vista, según el Ministerio de Salud de la Nación, esta práctica puede parecer un método simple, sin costo y al alcance de cualquier persona. No obstante, desde hace unos años, se ha demostrado que esta práctica no impacta en la reducción de la mortalidad. Además, no sirve como método de detección temprana ya que, en estadios tempranos, el cáncer es imperceptible al tacto.